(uno)
una gota viaja
desde el cielo al suelo
trae en sus brazo casi siempre
la promesa de la vida,
otras veces,
la certeza de la muerte.
llueve y no tengo a mano
ninguna amante
para pasar la lluvia.
(dos)
Es como si las nubes
chocaran, se despedazaran,
y cada pieza blanda y rota
me trajera tu nombre desde el cielo.
Ahora tu nombre me moja la cara
el pelo, los oidos.
Me voy a quedar afuera
hasta que pase la lluvia.
lunes, febrero 16, 2009
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2 comentarios:
Mati: el comentario para vos está en el link de acá abajo, con la explicación de por qué hice esto, cosa que posiblemente... habla del...
https://www.blogger.com/comment.g?blogID=4892850591813800628&postID=8378480370431259499&page=1&isPopup=true
Qué bueno. Me encantó esta cosa también. Pararse ante la naturaleza como si estuvieras en la barrera y pateara Maradona (¿ya puedo ser parte de los fulboleros?) y encontrar que estás hasta las manos.
¿Porqué será será y es, que la lluvia, su sonido, su textura... nos llena de nostalgias?
Bellas letras...
Saludos saturnianos!
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