martes, noviembre 04, 2008

Llanto interior

Súbitamente me detengo
presto oído al aire
y atento escucho
un niño llora.
Con la vista surco
los alrededores para
no encontrar
ni la mas nimia presencia,
me dirijo a casa.
Ya en el balcón,
nuevamente en silencio
escucho el solloso
que me agrieta el alma
y parto hacia adentro
mas para escapar
que para otra cosa.
El niño sigue
desde su tristeza
impartiendo el sonido
de un moribundo.
Lo busco en las piezas
bajo las camas,
tras las cortinas
en la cocina,
y al llegar al baño lo encuentro
presto en el espejo
a mirarme con tristeza.