miércoles, octubre 27, 2010

Supuestos varios


Supongamos que estoy vivo,
que hay un río de sangre que tiene mi nombre
y que yo soy ese río.

Supongamos que la sombra
que se hace pequeña sobre tu piel
pertenece al aterrizaje de mi mano
que aun sigue su vuelo
solo para demorar la caricia.

Supongamos que mis dedos tienen voz
pero que prefieren aullar
como lobos a la luna.

Supongamos que esta vez
te me haces realidad.