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Cual el paraíso, fuente de lo bello y eterno,
Tu sonrisa le da forma a lo que ha de ser,
Por que no hay nada que no tenga tu rostro,
Por que sos la nada, el todo, el sol, el amanecer,
Por que las flores florecen pensando en vos,
Y los pájaros entonan himnos a tu gloria
Hipnotizados por tus ojos, faros enternos de la noche,
De las dulces melodías razón de ser.
Por que todo lo bello, lo sagrado, lo que ha de trascender
Tiene tus pasos cual un estandarte,
Suaves figuras dibujadas en el aire,
Aire que se enaltece de tan solo rodearte.
La masa, atontada, ceremoniosa se inmola
Ausentes los ojos, lejano el pensamiento ya del ser,
Ungen tus pasos rosas, lirios, amapolas,
Y todo lo bello se rinde a tus pies.
Vuelca hacia mí el calor de esos tus ojos café,
Que tiernamente me tocan, me hacen transparente,
Sonríes y llenas el aire de mariposas, que en su baile,
Te elevan, te iluminan, si es que tu esa luz no eres.

Atravieso oscuros velos,
imperceptibles y suaves telas negras,
y al fondo tu piel,
me llama, tan tersa,

fresca cual la primavera, dulce como la miel.